Un ‘templo’ inmenso construido con los 18 contenedores que guardaban los objetos personales y la documentación de ‘la más grande’ arropa a una fuerte y renovada Rocío Carrasco en su relato, cuyo punto de partida es el 1 de junio de 2006, cuando muere Rocío Jurado dejando un vacío enorme y una herencia compleja que lo cambiaba todo, porque lo que pasó tras la lectura del testamento la obligaba a revisar todas las relaciones familiares, desde el principio.