Oculta en los pantanos del sur, la familia Grimes tiene una granja donde los niños no deseados o perdidos son cruelmente desnutridos y agotados. Mamá Mollie (Pickford), la mayor de los niños, protege a los demás lo mejor que puede y mantiene su valor diciéndoles que Dios cuida de ellos como lo hace del más pequeño gorrión.